El tono general es bastante desolador en estos momentos, pero pensamos que es importante mantener la perspectiva y saber reconocer las oportunidades cuando surgen.

 

El mercado es un mecanismo eficiente para descontar el contexto macroeconómico a corto plazo y la fase actual de caídas no es ninguna excepción. Europa está en el ojo del huracán , sobre todo por su proximidad a la guerra de Ucrania y su dependencia directa de la energía rusa, pero lo cierto es que las ramificaciones de la guerra son de alcance global y los precios de la energía probablemente se equilibren en todo el mundo con el paso del tiempo. Los confinamientos persisten en China y constriñen el consumo interno y las cadenas de suministro internacionales, mientras que el agravamiento de las tensiones entre China y EE. UU. podría tener implicaciones duraderas para la economía mundial.


De hecho, es posible que, a la vista de las mayores tasas de desempleo, las presiones inflacionistas que afectan a todas las economías podrían ser menos graves en Europa que en EE. UU. o el Reino Unido. El Banco Central Europeo ha endurecido las condiciones monetarias de forma mucho menos contundente que la Reserva Federal de EE. UU. o el Banco de Inglaterra.

 

La pregunta que surge ahora es si estamos en un buen momento para comprar acciones europeas. No se puede saber —siempre es así—, pero pensamos que han aparecido algunos datos interesantes que son favorables.

 

1. Todo el mundo es bajista. La confianza de los consumidores europeos se encuentra en su nivel más bajo desde que comenzaron los registros (1985), y por bastante diferencia. Lo que resulta interesante es cómo el mercado se ha comportado después de que la confianza de los consumidores tocara fondo (no cuando la confianza es positiva, solo cuando se vuelve menos negativa). En todos y cada uno de los anteriores puntos de inflexión en la confianza, el mercado ha generado unas fuertes rentabilidades de dos dígitos durante los doce meses posteriores. No sabemos si estamos en el punto más bajo, pero si es cierto que la historia se repite, entonces hay motivos para el optimismo.