Una estrategia para cualquier estación
Mark Nash explica las ventajas de un enfoque de retorno absoluto en renta fija en una era en la que las políticas de las autoridades han cambiado profundamente y los fundamentales ya no bastan.

Debido a los errores de las autoridades económicas, el período posterior a la crisis financiera estuvo marcado por tasas de crecimiento e inflación bajas. No obstante, el predominio de los bancos centrales en ese entorno resultó ser muy favorable para los activos financieros. En ese mundo de rendimientos a la baja y volatilidad reducida, la evolución económica fue deficiente, ya que la liquidez de los bancos centrales fluyó directamente hacia los activos financieros.
Sin embargo, desde el estallido de la pandemia el panorama de las políticas económicas ha cambiado profundamente. El gasto público tiene pocas probabilidades de replegarse a corto plazo, ya que las desigualdades y el calentamiento global son cuestiones que tienen que abordarse. Los bancos centrales seguirán colaborando, pero tomarán un papel más secundario, garantizando al mismo tiempo que los sistemas bancarios gocen de buena salud para sostener la recuperación.

Los fondos de retorno absoluto generalmente tratan de conseguir rentabilidades positivas en todos los entornos de mercado. No tienen índice de referencia, así que deberían evaluarse atendiendo a las competencias del gestor materializadas en las rentabilidades ajustadas al riesgo que obtiene. Eso engloba la cantidad de rentabilidad conseguida en función de la cantidad de riesgo asumido para conseguirla.
Su propósito es gestionar el ciclo por cuenta de los inversores y reducir la variabilidad de los retornos a medida que éste avanza, de ahí que destaquen en un mercado bajista, aunque a menudo quedarán rezagados en un mercado alcista. A menudo se incorporan técnicas de protección frente a caídas para conseguir este objetivo clave. Estos fondos suelen caracterizarse por una elevada flexibilidad y por hacer un uso óptimo de la diversificación, evitando las apuestas direccionales puras para tener una baja correlación con el conjunto de los mercados. Suelen ser carteras sin restricciones y hacen pleno uso de los derivados para conseguirlo.
Las estrategias de retorno absoluto generalmente utilizan el análisis fundamental con enfoque top-down para caracterizar el entorno macroeconómico y definir un marco para su estrategia básica. Sin embargo, centrarse exclusivamente en un enfoque fundamental a la hora de invertir ya no basta para superar al índice en los mercados financieros modernos. El análisis macroeconómico bottom-up, que es un planteamiento más técnico que estudia la mecánica de cada mercado, está haciéndose más frecuente. A la vista del crecimiento del mercado durante la última década, a menudo los propios mercados pueden convertirse en protagonistas y ser los motores clave de las grandes clases de activos, con posibles implicaciones directas para los fundamentales económicos. Este factor ha sido determinante para poder superar al índice durante los últimos años.
En los fondos de renta fija de retorno absoluto, el objetivo es configurar una cartera que posea características adecuadas en su exposición a la duración, las curvas de rendimientos, el riesgo crediticio, los países y las divisas. Estos productos deberían emplear una cobertura completa mediante derivados para así poder conseguir rentabilidades positivas en un entorno de rendimientos al alza. El objetivo del proceso debería ser conseguir rentabilidades diversificadas en todo el espectro de la renta fija y las divisas y no depender de un área concreta del mercado. Estos fondos tendrán diferentes grados de liquidez y volatilidad. Los horizontes de inversión tenderán a ser más cortos, ya que la estrategia se reinventa continuamente para adaptarse al próximo entorno macroeconómico y alcanzar sus objetivos de rentabilidad positiva.
Durante los últimos años, el sector de los fondos de renta fija de retorno absoluto ha sufrido salidas de capitales, ya que la renta fija ha vivido en un mercado alcista y los fondos long-only han dominado. La crisis financiera contribuyó a ello, ya que todas las economías sufrieron el golpe y la volatilidad macroeconómica se redujo, lo que resultó en un entorno complicado para que los partícipes de fondos de renta fija de retorno absoluto encontraran rentabilidades diversificadas.
En tiempos más recientes, el sector ha experimentado un nuevo auge, ya que el bajo nivel de rentabilidades y los diferenciales de la deuda corporativa están empujando a los inversores a buscar retornos en otra parte. El miedo a la inflación ha despertado inquietud en torno a los mercados de renta fija, ya que el ciclo ha avanzado. Las medidas extremas de las autoridades también han generado oportunidades: las economías se mueven a diferentes velocidades, lo que ofrece esas rentabilidades diversificadas de las que se nutren los gestores de fondos de renta fija de retorno absoluto. Una cuestión de primer orden para los inversores es que, durante este período de mayores dificultades para los fondos de renta fija de retorno absoluto, el número de fondos viables se ha reducido, ya que los inversores cerraron fondos, sufrieron pérdidas o no consiguieron ceñirse a sus procesos de inversión diversificados.
Creemos que los fondos más tradicionales tendrán dificultades para conseguir rentabilidades positivas ahora que la economía mundial se recupera de la pandemia, la política monetaria se endurece y la inflación es más elevada que en la última década. Creemos que su capacidad para conseguir rentabilidades a partir de los tipos de interés, los diferenciales y las divisas tanto en posiciones largas como cortas coloca a los fondos de renta fija de retorno absoluto, como el Jupiter Strategic Absolute Return Bond Fund, en una buena posición para destacar en este entorno.